Después de escribir una carta en la que trataba de justificar el porque de su decisión y pedía perdón por todo lo malo y de lo que poco a poco su familia se iba a dar cuenta, Jhon Jairo Duque Aguirre, de 39 años de edad, tomó su arma de dotación y se suicidó.
El hecho, que hoy cobija con un gran sentimiento de dolor a la familia del occiso y que tiene consternados a todos aquellos que por siete años lo conocieron en su puesto como vigilante, tuvo lugar a las 5:45 de la mañana de ayer, minutos antes de que el Jhon Jairo, presuntamente, entregara turno en un reconocido conjunto residencial del barrio Milán de Dosquebradas.
Según se conoció el vigilante, natural de Caldas y residente en el barrio El Japón del Municipio Industrial, ingresó al baño de la portería del conjunto y allí sin levantar sospechas de nadie le puso fin a su vida dejando sin padre a dos menores de edad.
Según el testimonio de la familia de Duque Aguirre, su ser querido salió de su hogar y se despidió tranquilamente, jamás imaginaron los pensamientos que invadían la mente del vigilante.
Al lugar de los hechos llegaron miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), quienes después de inspeccionar el cadáver lo trasladaron hasta las instalaciones de Medicina Legal, lugar de donde en la tarde de ayer su familia lo retiro y llevó a una sala de velación de la funeraria La Ofrenda en Dosquebradas.
Jhon Jairo es recordado por ser un hombre honesto, responsable y trabajador, será sepultado hoy.
en horas de la tarde.
