W.R.D. de 49 años de edad, un humilde vigilante del Centro Educativo Pablo VI de Dosquebradas, tuvo el pasado jueves que detener a dos supuestos ladrones que quisieron saquear el centro educativo que fielmente custodiaba y en el que ya se habían presentado varios robos con anterioridad; sin embargo uno de los presuntos delincuentes recibió un disparo mortal proveniente de su arma de dotación, una escopeta calibre 12.
Los hechos
Este hombre en una de sus frecuentes rondas encontró a las 12:15 de la madrugada a un hombre que estaba dentro del colegio y al que entregó a las autoridades para que fuera judicializado.
Pasadas dos horas más, W.R.D volvió a realizar otro recorrido y en el salón de matemáticas encontró a otro hombre que al parecer pretendía hurtar varios implementos educativos.
El trabajador le apuntaba con su arma y llamaba a la policía cuando el hombre aún sin identificar salió huyendo en dirección a la valla que divide al centro educativo de la calle. En medio de la oscuridad W.R.D. disparó y justo en la cancha de fútbol cayó el cuerpo malherido del supuesto delincuente.
Minutos más tarde llegó la policía y el hombre que yacía en el piso fue transportado al hospital Santa Mónica del Municipio Industrial donde aproximadamente dos horas después falleció debido a que el disparo comprometió la región lumbal izquierda y algunos órganos vitales, lo que finalmente acabó con su vida.
La audiencia
Si bien la Fiscalía argumentó que W.R.D. había acabado con la vida de otro hombre, la juez no quiso aceptar la petición de la Fiscalía, la cual pedía que se le dictara medida de aseguramiento por considerar que W.R.D. Se encontraba cumpliendo con su trabajo de defender los intereses del centro académico que lo contrató, y por ende no representaba ningún peligro para la sociedad. Así mismo se tuvo en cuenta que nunca había tenido ningún tipo de antecedente judicial.
W.R.D. es además padre de dos hijos, uno de cinco y otro de diez años y su familia y amigos lo conocen como un hombre correcto.